Es curioso que después de todos estos meses aún nos hablemos como víctimas del holocausto, tratando a esa situación como algo exento a nuestra culpa, deseándole fin al tormento y solo aguantando las pedradas que causa, mientras jala a que triturar y hacer daño, y que en vez de arreglar la gotera nos vayamos a echarle la culpa al fontanero que visitó una vez hace años.
Es curioso como cada dia que pasa hago la misma rutina, aplazo hacer mis deberes por esperar que llegue ella, y todas las noches prometerme esa falsa historia de "lo hago en la mañana", por estar anonadado por la belleza del zaquete Zarzamora, y mientras podría completar la verdadera meta de la semana, me dedico a soñar despierto por la mujer que me hace amar al más inútil.
Es curioso como puedo prometerme tanto y hacer tan poco.
Y al final soy la savia del tronco,
gastado y galardonado por su color,
más es de vergüenza su sabor,
una gota que vive pero no ronca.
alegria me digo sin causa,
al final era su pena y no la mía,
ella quería pintamonos,
yo un bebé y una verde cocina.
Al final ella es la que se ensucia,
y mientras mira sus manos,
mientras las mira olvida la brisa que veía,
olvida lo que ella sabía.
Juegas al teatro pero no sabes el guión,
puedes agarrar la botella,
puedes beberte todo el ron,
más soy yo quien ahí te la dejó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario